Hemos escapado por unos días. Suficientemente cerca para sentirnos tranquilos pero suficientemente lejos para que no llegue hasta aquí el ruido de nuestros pensamientos. Durante el día vivíamos felices entre la naturaleza, sintiendo el olor a tierra, a monte. De noche las preocupaciones asomaban en sueños a modo de catarsis.
Hemos respirado juntos desde el pulmón de este mundo, hemos descendido barrancos y llegado a cumbres en las que podíamos acariciar el cielo.
La música me ha seguido hasta aquí descubriéndome un tesoro escondido. Me he desnudado. Ante la mirada de los árboles y la tuya, cómplices del momento en que me he descubierto en esencia.
Sé que abrimos un nuevo capítulo. No sé qué está por venir. Ahora dejamos que nuestras vidas fluyan en este río que nos envuelve, tan sólo nos sostenemos el uno al otro.
NO TEMAS AL OTOÑO, SI HA VENIDO. AUNQUE
CAIGA LA FLOR, QUEDA LA RAMA.
LA RAMA QUEDA PARA HACER EL NIDO.
Leopoldo Lugones
Nunca sé que comentarte, es todo tan hermoso y enigmático. Un beso
ResponderEliminarNo importa. Simplemente sé que estás ahí. Intentaré en otra entrada explicarme de una forma más transparente.
EliminarUn besito.