Llevo reflexionando acerca de las entradas que he leido en el rumor de las libélulas y buceando en mi. Hablan de no juzgar a otras madres o padres y yo estoy totalmente de acuerdo. Hay situaciones y circunstancias por las que unos padres deciden un camino u otro (pecho o biberón, carro o portabebé, abrazar y consolar o dejar llorar...) y algunos hacen su propia combinación de todo esto. Yo intento aprender observando a otras madres en sus formas de crianza y sacar de ahí lo que me gusta y lo que no me gusta para tener mis propias conclusiones. Puedo tener un gran respeto hacia lo que decide cada uno y cada una, pero eso no significa que todo me parezca bien y no puedo sentirme mal conmigo misma porque me de rabia ver a una niña de año y medio una hora sin atención porque sus padres se están tomando un café, o que ponga cara de pocker cuando unos padres cuentan que le metían arañas de goma en los cajones a su bebé porque le daban miedo y así no sacaba las cosas, violentarme cuando veo a una madre fingir que llora porque su hija se angustia y se preocupa por ella y acaba por romper a llorar, cuando un papá le moja el chupete a su hija en cerveza y se hecha unas risas... Y todas estas anécdotas pasan desapercibidas porque parecen inofensivas. Imagínate si pasamos a mayores lo que me parece.
Conclusión: yo respeto las decisiones de cualquier persona en cualquier ámbito (no sólo en la maternidad), pero siempre que se respete también a los demás. Así que una madre o un padre tienen mi total comprensión y empatía hasta que va en contra de la comprensión y empatía hacia un niño. Y aún así, aún llegando a ese punto culminante de "no juzgo pero me parece fatal"...creo que es importante no pronunciar una palabra ni realizar un mal gesto. Cada uno es cada uno y lo que aprenda de esas situaciones me lo llevo a la práctica con mis hijos. Lo que peor llevaré es haber respetado a estas personas y no dar mi opinión y recibir críticas de ellos...Pero uno no debe hacer lo que no quiere que le hagan, no?